Normalario

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Actualidad Educativa

miércoles, 20 de febrero de 2013

Sembrando soluciones verdes



Rafael Sarabia Díaz*



En cualquier momento de nuestras vidas, en cualquier lugar, con cualquier persona, cualquiera de nosotros hemos hablado o tocado el tema de salud; en casa y de pequeño, mi mamá me obligaba a comer las verduras con la consigna de crecer grande y fuerte, y me enviaba a la escuela con tantas chamarras y sudaderas que apenas podía caminar; la señora Juanita, mi vecina, sugería que me abrigara bien en invierno para evitar un resfriado, y en el aula de clases ni se diga, pues las recomendaciones para mantener una vida saludable eran el pan de cada día, tan cotidianas que se volvía una costumbre escucharlas, y sin embargo, ¿cuántas de ellas se llevaban a cabo?
 
Ahora después de muchos años cuando como individuos adquirimos la suficiente edad y conciencia como para sentir vergüenza al tirar la basura en la calle o lavar el auto con la manguera, hago un recuento en mi memoria y busco aquellas recomendaciones que haya atendido en verdad para procurar mi bienestar o una buena calidad de vida. También me pregunto qué tanto sé y sabemos como comunidad acerca de la vida (biológicamente hablando), ¿qué de una cultura del medio ambiente nos respalda como mexicanos? ¿Nos hemos percatado de que las ciencias naturales al igual que las ciencias exactas y las ciencias sociales nos acompañan desde la cuna hasta la tumba?

La Organización Mundial de la Salud define salud como “El estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad o dolencia”, concepto al que yo le agregaría “la adecuada participación del hombre en la conservación del medio ambiente y el desarrollo sustentable del contexto en que habite”, pues existen acciones que repercuten directamente en la naturaleza y por ende se ve afectado el crecimiento del contexto físico y social de un individuo al grado de volverse inhabitable. De modo que sería pertinente observar alrededor y preguntarnos qué estamos haciendo para vivir bien.


Amable lector que es formador o futuro formador docente ¿de qué forma contribuye al sano desarrollo de sus alumnos? ¿Promueve el ahorro de energía y la no contaminación con el ejemplo? ¿En verdad conoce y aprecia la vida en toda la extensión de la palabra, o sólo anda por ahí desplazando un montón de células por donde le da la gana? ¡Recordemos que no sólo los profesores de ciencias naturales o de biología deben encargarse de maquillar con ese hermoso verde nuestro paisaje!

A los profesores y a los futuros profesores de historia, inglés, matemáticas, geografía, español, etcétera, al igual que a los de biología, les corre sangre por las venas, y qué mejor ejemplo que el de la Escuela Particular Normal Superior Benito Juárez que se ha pintado de verde (literalmente) desde hace un par de años y sigue haciéndolo hoy con más fuerza que nunca con el proyecto Plantel Sustentable, que iniciaron alumnos de las licenciaturas de inglés e historia de primer semestre, y el cual está organizado en seis líneas de acción, coordinados por profesores de la escuela y apoyados por otras instituciones.

Al igual que ellos, existen instituciones educativas a lo largo y ancho del estado de Morelos en donde se desarrollan acciones en pro del medio ambiente y de la salud, de las que hablaremos más adelante. Y tú compañero… ¿qué estás haciendo por la vida?

*Licenciado en Educación Secundaria, con especialidad en biología. Alumno de la Maestría en Psicopedagogía y Desarrollo del Potencial Humano, del Centro de Estudios de Posgrado “Lic. Benito Juárez García.






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